lunes, 16 de febrero de 2015

Troya ha caído


- ¿Cómo no me di cuenta? ¡Ella ha ganado la batalla! ¡Aún no lo puedo creer! Yo tan férreo en mi voluntad y mírenme ahora, aquí estoy... 

Creo que lo primero que hizo…., fue esa mañana de invierno en la que me pidió permiso para pasar por la puerta de la oficina, me miró con esos ojos hermosos de miel… 

- ¡Ese fue su primer ataque! ¡mmmmmmh! ¡Sí! ¡Ese fue!

Poco después, cuando se presentó esa llovizna atemporal y me encontraba en el resquicio de la tienda cercana a la parada del autobús, se paró muy cerca de mí y su aroma me lleno de un, no sé qué…, ahora me voy dando cuenta. Por eso cuando se animó a hablarme y recibirme mi solicitud de empleo detrás del mostrador, cuando acudí a su empresa por trabajo, uso la más dulce voz que yo había escuchado en mi vida y mira que había escuchado muchas. Pero ninguna como la de ella.

- ¡Un ataque tras otro! ¡Y yo sin darme cuenta! 

Depositaba cada día, desde que comenzamos a trabajar juntos, trampas a mi alrededor, mermando mi resistencia, acosándome. El más artero de sus ataques fue aquel, en el que llegó radiante de hermosa, con ese traje que le hacía ver como una muñequita de aparador, y yo caí redondito, hasta atoré la copiadora por voltear a verla pasar junto a mí. Me embriagaba con ese perfume que despedía su cuerpo. ¡mmmmmmmh! Luego me enteré que era alérgica ellos. 

- Trucos y hechicerías uso en su intento por atraparme. ¡Ahora lo sé!!

Me obligó a suplicarle que salga conmigo, ese día vi caer mi orgullo al piso y aunque no lo podía creer, lo hice con mucha emoción. 

- ¡Flores! ¡Cuándo había yo estado tan preocupado por llevar flores! Y más aún, me llevé tres larguísimas horas arreglando este desastre que traigo por cuerpo.

A partir de ahí el asedio ya había surtido su efecto. Yo pensé todo el tiempo que el que tenía el control de la batalla, era yo. ¡mmjjh! ¡Pobre iluso! 

Era ella con su estrategia y con esa sutileza con la que se implantó dentro de mí. 

- ¡No lo vi venir!

Tres años duró, mi resistencia ya mermada y debilitada ante tanto beso y caricia, palabra y susurro, canto y abrazo. No pude hacer nada para evitar la caída de mi ego, mi orgullo de hombre libre y conquistador, mis murallas cedieron ante todas sus armas (belleza, encanto, voz angelical, andar discreto paro cautivador, ese cuerpo que me hizo sentirme siempre atraído hacia él, sus ojos de miel, su cabello, qué sé yo, todo eso que uso para derrotarme) y yo sin sospecharlo, permití que se fuera adentrando en mi corazón y en todo mi ser.

Hoy aquí, de pie, solo me queda reconocer que llevó muy bien su estrategia, paso a paso, cada avance, cada estocada. Es una maestra en el arte del romance. Que otra cosa me quedaba que sacar la bandera de la rendición y ondearla en todo lo alto y, pregonar mi derrota.

En aquel festín donde se celebró mi caída, no faltaron las palabras de apoyo de mis amigos y familiares diciendo: 

- ¡TE VA A IR BIEN, YA VERÁS! ¡ES UNA BUENA MUCHACHA! ¡NO ES TAN MALO COMO PARECE!....

Y demás palabras de aliento que buena falta le hacían a mi pobre machismo mancillado y derrocado de la manera más sutil que se haya visto en el ámbito del romance y el amor.

El día que se firmó el tratado fue para ella un grandioso día, sus ojos se llenaron de gotas de rocío que se quedaron atrapadas entre sus hermosas pestañas maquilladas.

Hoy se consuma el triunfo rotundo de su larga batalla por conquistarme. Aquí de pie, ante todos estos testigos y ante Dios daré mi palabra de rendición total, absoluta y permanente, para dar paso a una nueva era en mi vida bajo su compañía, ayuda y protección.

Me pregunto si en verdad estoy perdiendo o en realidad salí ganando. Solo sé que he caído como la antigua ciudad de Troya…desde adentro de mi corazón.

Cuando en unos instantes se oiga la voz del oficiante decir: 

¡¿Y USTED?! ¿¡ACEPTA POR ESPOSA A LA SEÑORITA?! PARA AMARLA, CUIDARLA Y RESPETRALA TODOS LOS DIAS SE SU VIDA… 

Con el orgullo de caer ante la mujer más hermosa con la que pude haber combatido y perdido en la batalla del amor, sin asomo de cobardía ni duda alguna…

…diré valientemente:

- ¡SI! ¡ACEPTO! 


AUTOR: Carlos A. Suárez G.

6 comentarios:

  1. ¡Chapo! Que letras mas hermosas las que has escrito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Rachel Kendel. Aprecio que lo expreses de esa forma. Gracias por leerlo. saludos!

      Eliminar
  2. Hola Angie World! Que agrado que te haya gustado! gracias por leer y por comentar! eprero nos sigas visistando! Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Siempre nos condenaremos por la mirada y los labios de una mujer.

    ResponderEliminar
  4. Así es amigo Palahniuk, ellas siempre nos derrotan con sus encantos y su hermosa esencia!! Saludos!!

    ResponderEliminar